sábado, 15 de agosto de 2015

Salida por Hervás - Candelario - Béjar

El pasado fin de semana pudimos completar una de las salidas previstas desde hace tiempo. Nos costó decidir la ruta porque había varias propuestas sobre la mesa, unos buscaban más puertos y otros más dureza, y la mayoría... escuchaba más o menos "asustados". Pero allí nos plantamos, dispuestos a pasar un buen día por la zona, una comarca muy bonita en la que cualquier ruta nos hubiese aportado lo que buscábamos, en definitiva, completar una de esas jornadas para recordar.

Empezamos temprano el viaje, a eso de las 5.30 para poder empezar a pedalear antes de las 9.00 y casi sin calentar nos dispusimos a afrontar las primeras rampas, eso sí, se hicieron más amenas que ninguna por la frescura en las piernas y también por la impresión de los primeros bosques de castaños y robles que encontramos. 


Llegamos a Candelario y ahí se puso la cosa un poco fea, por lo menos para algunos, que nos íbamos preguntando durante la subida el motivo de estar allí, pero bueno, como todo en esta vida se termina, pues aquello también pasó, eso sí, tuvimos que ver cómo nos pasaban algunos que parecían ir bajando.
Dejamos algunas imágenes de la subida, falta la del fotógrafo, que como no se puede estar en todos sitios, esta vez no salió.




Y al fin, pudimos coronar, el Travieso, buenas vistas desde ese punto, pudimos ver la inmensa mancha de humo del incendio de Gata a lo lejos.



Después de aquí, bajamos otra vez el puerto, ya no tan fatigados y nos dirigimos a Béjar para entrar en Extremadura nuevamente por Baños de Montemayor, un entorno que merece la pena visitar y si es practicando deporte mucho mejor.
Y finalmente, volvimos a Hervás afrontando la última subida para llegar a La Garganta, donde se desarrollaba otra prueba deportiva que nos hacía compartir el terreno con corredores de Montaña, todo un espectáculo verlos bajar por esas laderas quebradas, aunque bastante tenía uno con no perder la rueda de estas figuras.
Y así terminó la primera parte de la jornada, restaban las dos últimas que no eran menos interesantes. Nos fuimos a una piscina natural de Casas de Monte para darnos un baño en esas frescas aguas, bueno más que frescas diríamos que estaban congeladas. De hecho, el de los manguitos y alguno más, apenas se mojaron los pies...

Tanto esfuerzo tenía que acabar con una buena comida, buen grupo, buena jornada y muchas ideas para volver a la zona, esperemos que sea más pronto que tarde y que en la siguiente ocasión puedan acompañarnos muchos más socios.